El rábano (raphanus sativus) es una
planta comestible, de raíz carnosa, blanca o roja que es cultivada y consumida
en casi todo el mundo, usualmente crudo en ensaladas, aunque también se cocinan
y se usan para platos calientes. El rábano ha sido cultivado por siglos en zonas
de Europa y Asia, y su origen parece situarse en China, actualmente se cultiva
en áreas de clima templado.
Los rábanos
pertenecen a la familia de la col y el nabo. Existen muchas variedades. Los hay
blancos, negros, rosas, violetas o rojos. Son ideales en dietas hipo calóricas
ya que tienen unas 20 Kcal por cada 100 gramos, tienen mucha cantidad de agua y
sales minerales, principalmente azufre, hierro y yodo. Además, es especialmente
rico en vitamina C por lo que favorece la asimilación del hierro y tiene
grandes propiedades antioxidantes.
Se dice que son de
las mejores hortalizas con propiedades digestivas. Ayuda al hígado a
emulsificar las grasas y a la secreción biliar.
He aquí algunas
recetas con rábanos:
Rábanos
Apio
Tomates
Vinagre
Aceite de oliva
Perejil
Sal al gusto
Lavar bien, tanto
los rábanos como el apio. Pelar y sacar las semillas a los tomates. Luego
cortamos los rábanos en rodajas finas. El tomate y el apio en tiras. Los
colocamos en una ensaladera y preparamos la vinagreta mezclando el aceite de
oliva con el vinagre y un poco de sal. Batimos para homogenizar y vertemos
sobre la ensalada, mezclando bien.
1 tomate de árbol
2 o 3 rábanos
1 rodaja de piña
Pelar la piña, lavar
bien los rábanos y el tomate. Licuar con cáscara junto con la piña y tomar
inmediatamente sin colar en ayunas. Desayunar una hora después.
RABANOS ASADOS CON ANCHOAS Y RÚGULA
500 g de rábanos
150 g de
rúgula
2 filetes de
anchoas
1 limón
1 diente de ajo
2 cucharadas de
mantequilla
1 chorrito de
aceite de oliva
Precaliente el
horno a 180°C. Limpie los rábanos y pártalos por la mitad. Úntelos con un poco de
aceite y colóquelos con la parte cortada hacia abajo en una bandeja o fuente de
horno. Áselos unos 20 minutos hasta que estén hechos, pero aún enteros. Mientras, ponga la mantequilla en una sartén
pequeña a fuego mínimo. Cuando se haya derretido, añada las anchoas y el ajo
partido en dos. Remueva hasta que las anchoas se disuelvan y la mantequilla
adquiera un color tostado, sin dejarlo hervir. Deseche el ajo y añádele el
zumo de limón, moviendo la sartén para que se mezclen.
Servir los rábanos
sobre una cama de rúgula picada y bañados con la mantequilla de anchoas. Sirven
para acompañar una carne o encima de una tostada.