El tamarindo (tamarindus indica) es un árbol
tropical y la única especie del género tamarindus, perteneciente a las fabaceae.
Es originario de África tropical, en particular de Sudán, donde sigue creciendo
salvaje. Se extendió a Asia meridional, probablemente por la mano del hombre, y
se cultiva allí desde hace unos miles de años. se introdujo a América por los
conquistadores españoles y portugueses en el siglo XVI. Hoy en día, México y
Centroamérica son los mayores productores y consumidores del fruto.
La pulpa de la fruta se utiliza como condimento
tanto en Asia como en Latinoamérica. Se usa en la elaboración de salsas y
postres. Las hojas, la pulpa y la corteza también tienen aplicaciones
medicinales. Por ejemplo, en Filipinas, las hojas son tradicionalmente usadas
en té para reducir la fiebre causada por la malaria. También es un laxante
eficaz y un somnífero natural.
El tamarindo es muy nutritivo ya que nos aporta
hidratos de carbono, contiene proteína vegetal compuesta por aminoácidos como
el triptófago, la metionita o la lisina. Además, nos aporta gran cantidad de
fibra soluble. Tiene reducido contenido de lípidos, vitaminas A, B3 y C,
minerales como el magnesio, calcio, potasio, fósforo, hierro y azufre.
El tamarindo protege el hígado, mejora los casos de
colesterol alto, combate el estreñimiento y ayuda a prevenir las hemorroides.
En la medicina ayurvédica se usa externamente para rejuvenecer la piel,
haciendo un peeling al que se añade café, azúcar o bicarbonato.
He aquí algunas recetas:
1
vaso de agua
1
cucharada de pulpa de tamarindo
Poner
a calentar un vaso de agua en un cazo y cuando rompa a hervir añadimos la
cucharada de pulpa de tamarindo, movemos bien y a los cinco minutos apagamos el
fuego, se tapa y deja reposar unos minutos.
COSTILLAS DE CERDO AL
TAMARINDO
2
libras de costillas de cerdo
1
cebolla blanca mediana
2
dientes de ajo
¼
taza de concentrado de tamarindo
2
tazas de agua
4
o 5 cucharadas de azúcar morena o panela rallada
2
cucharadas de vinagre de vino
1
cucharada de harina disuelta en ¼ taza de vino rosado seco
Calentar
el aceite en una sartén grande a fuego fuerte. Añadir las costillas y
cocinarlas por los dos lados hasta que estén doradas. Retirar de la sartén y
reservar.
Agregar
la cebolla finamente picada a la misma sartén revolviendo ocasionalmente de
tres a cuatro minutos hasta que esté tierna, agregue el ajo y cocine treinta
segundos. Agregue el agua, la pasta de tamarindo, el azúcar, vinagre y caldo.
Regrese las costillas a la sartén y deje que hierva. Reducir el fuego y tapar
la sartén. Dejar cocinar durante una hora o hasta que estén tiernas. Retirar
las costillas a un platón y mantener calientes. Mientras, hierve la salsa hasta
reducirla a la mitad quitando toda la grasa posible. Agregar la mezcla de
harina y vino, revolviendo hasta que la salsa se vea espesa. Verter la salsa
sobre las costillas y servir con arroz blanco.
La jalea de tamarindo
es un postre rápido y delicioso que se hace con los tamarindos crudos.
Ingredientes:
4 onzas de tamarindos
sin cáscaras
2 tazas de azúcar
½ cucharadita de
bicarbonato de sodio
1 clara de huevo o
menos si es grande
Se mojan los tamarindos
y se dejan reposar para que se hidraten. Luego se les agrega el azúcar y con
molinillo se machaca bien hasta que la pulpa del tamarindo se homogenice con el
azúcar. Se agrega entonces la clara de huevo y se sigue revolviendo hasta que
la mezcla se vea suavecita. Por último, se agrega el bicarbonato disuelto en un
poquito de agua (una cucharada) y se bate hasta obtener una consistencia
espumosa y un bonito color claro.
BOLAS DE TAMARINDO
La elaboración de las bolas de tamarindo es totalmente
artesanal, fácil. Los únicos ingredientes son azúcar y tamarindo crudo. Las
cantidades se calculan teniendo en cuenta el grado de acidez del tamarindo y el
gusto de la cocinera. Generalmente es el doble de azúcar que de tamarindo.
Ingredientes:
250 g de tamarindo sin cáscara
500 g de azúcar
Mojar los tamarindos y enjuagar para sacar
cualquier residuo de cascara, escurrir y dejar reposar para que se hidraten.
Luego de una hora aproximadamente se adiciona el azúcar y se comienza a amasar
hasta lograr que la pulpa del tamarindo y el azúcar se integren formando una
masa maleable. Las semillas deben seguir dentro de la piel que las cubre y harán
parte de la bola de tamarindo. Tomar porciones de esta mezcla y formar las
bolas del tamaño deseado. Espolvorear con azúcar para que no se peguen entre sí
y dejar secar a temperatura ambiente o al sol. Guardar en recipientes
herméticos.
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