sábado, 26 de diciembre de 2020

CÚRCUMA

                                         

La cúrcuma es una especie que se usa en la cocina para condimentar diferentes platos, a los cuales les aporta aroma, color y sabor. Su sabor es dulzón con un toque picante y amargo, por lo que su uso se debe hacer en pequeñas cantidades. Sin embargo, son más los beneficios que aporta a la salud. 

La cúrcuma, también llamada azufre de indias, es nativa del suroeste de la India y pertenece a la misma familia que el jengibre. Es una planta muy apreciada porque además de la gran versatilidad gastronómica que ofrece, se le atribuyen propiedades medicinales contra enfermedades como el cáncer, colesterol y artrosis, entre otras. La cúrcuma contiene fibra, proteínas, niacina, vitaminas C, E y K. además, sodio, potasio, calcio, cobre, hierro, magnesio, zinc. Sin embargo, como su uso es en pequeñas cantidades parece que los aportes nutricionales son irrelevantes. El consumo de curcumina como suplemento nutricional se considera seguro cuando se administra por vía oral, aunque en algunas personas puede provocar náuseas, diarrea o malestar estomacal.

Al rallar y deshidratar su rizoma se obtiene un polvo amarillo que contiene hasta un 5% de curcumina, compuesto al que se le atribuyen los beneficios para la salud.

La cúrcuma es un ingrediente indispensable en el curry, el cual es una mezcla de especies como cilantro, comino, jengibre y por supuesto, cúrcuma.  

El empleo culinario de la cúrcuma posee mayor arraigo en Asia, pero en los últimos tiempos, gracias al intercambio cultural, se ha expandido su uso. 

La cúrcuma se puede comprar ya procesada en los supermercados o con los herboristas. Sin embargo, si tienes la posibilidad de tener una planta en tu casa puedes disfrutar el proceso que te describo a continuación:



1. Cuando la planta alcance la madurez (las hojas se tornan amarillas y los tallos se secan), se arranca, se separan los rizomas, se lavan bien y se dejan secar al sol por 1 día.





2. Luego se rallan y se llevan a deshidratar al horno precalentado en bajo (100°C) por varias horas, removiendo de vez en cuando, hasta que esté totalmente seco.




3. Completado el secado llevar al procesador de alimento hasta convertirlo en un polvillo fino.








4. Finalizado el proceso de la molienda se cuela y se empaca en un recipiente hermético. Como ya se dijo anteriormente los puedes usar para dar sabor y color a los guisos y sopas o en los batidos.

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